Un vecino de Benalup-Casas Viejas (Cádiz), Adrián Flor, nos avisó que habían localizado un buitre leonado (Gyps fulvus), adulto, con un ala rota, debajo de un tendido eléctrico, en la carretera que une Benalup con la autovía A-381.
Tras varias llamadas a los Agentes de Medio Ambiente de la zona, esta mañana lograron capturar al ave y la entregaron al Centro de Recuperación de Cádiz, “Dunas de San Antón”, aunque, lamentablemente, tenía una fractura tan grave que ha tenido que ser sacrificada. El buitre presentaba gusanos en la fractura abierta, lo que implica que ya habían transcurridos unos días desde que colisionó contra el tendido de alta tensión, permaneciendo allí, sin ninguna atención veterinaria, con el sufrimiento que esta tremenda fractura podría estar provocándole y por supuesto sin posibilidad de alimentarse. De hecho la mayoría de las aves que colisionan con tendidos eléctricos, si no mueren por las lesiones del impacto, lo hacen después, lentamente, de hambre.
Estos hechos han ocurrido en el corazón del Parque Natural de Los Alcornocales, dentro de una Z.E.P.A. (Zona de Especial Protección para las Aves) y posiblemente se podrían haber evitado si las líneas eléctricas estuviesen señalizadas con “salvapájaros”, unas espirales, generalmente de color naranja, fijadas al cable, que hacen que las aves puedan ver los tendidos más claramente y a tiempo de poder esquivarlos.
En las líneas de mayores dimensiones, las de transporte, las colisiones ocurren especialmente contra el más alto de los cables que forman el tendido, también llamada línea de tierra, el cual no transporta electricidad y por tanto es de menor grosor, lo que hace que en ocasiones se vuelva invisible para las aves. En la fotografía del ejemplo se puede ver la diferencia entre las tres líneas de abajo y la de arriba (marcada con una flecha roja) que incluso en la imagen, casi desaparece a nuestra vista. En otras líneas de menor envergadura se dan igualmente la accidentalidad por colisión, si bien estos tendidos no llevan cable de tierra, sus conductores son en general de menor diámetro, lo que los hace también difíciles de detectar por la aves.


En la fotografía inserta se puede ver un ejemplo de este dispositivo “salvapájaros” cuyo coste es mínimo en comparación a la instalación del tendido eléctrico y que por el momento parece la mejor solución a la colisión de las aves con los tendidos que cruzan sus zonas de nidificación y alimentación. Según algunos informes, las líneas protegidas con estas espirales “salvapájaros” presentan una disminución de la siniestralidad por colisión superior al 60%.
En los estudios realizados, así como en nuestra experiencia de muchos años, se revela significativo el mayor impacto de las líneas eléctricas cuando estas atraviesan hábitats de gran biodiversidad y también en relación a ciertas configuraciones de la orografía del terreno, así como en zonas donde existen poblaciones de aves de gran tamaño. Datos que, de ser tenidos en cuenta al diseñar los recorridos de los tendidos eléctricos, podrían paliar en gran medida este impacto sobre las aves.
Si bien la siniestralidad con los tendidos eléctricos es más numerosa en los casos de electrocución, no debemos subestimar las muertes por colisión, que en muchos casos quedan ocultas en nuestras sierras, diseminadas a lo largo de infinidad de kilómetros de tendidos eléctricos, al contrario que las electrocuciones que quedan más localizadas físicamente, alrededor de los postes o apoyos del tendido. No conocemos estudios al respecto, pero estamos seguros de que por cada ave encontrada muerta por colisión, cientos de ellas más mueren en el anonimato y fuera de cualquier estadística.
Lamentamos que la legislación dejó a decisión de las compañías eléctricas la adopción de las medidas para evitar la colisión de las aves en los tendidos ya existentes, clasificando esta medida como “voluntaria” y como era de esperar, las compañías, en líneas generales, hicieron los esfuerzos mínimos. Confiamos en que el paso del tiempo desde el último decreto al respecto y la mayor conciencia ambiental de la ciudadanía consigan en un futuro cercano la corrección de los tendidos eléctricos ya existentes y no solo de los nuevos proyectos. En estos momentos aún es necesario el transporte de energía, pero hasta que se consiga un modelo energético de autoabastecimiento, deberíamos exigir que, como ya se va demandando por la ciudadanía en la generación de electricidad, igualmente se pidiera para el transporte de la misma, con un mínimo impacto ambiental, lo cual supondría un ínfimo incremento de los gastos de las compañías de distribución de electricidad.